jueves, 17 de diciembre de 2015

Mar muerto

Me he tragado tantas lágrimas que mi corazón suena a fondo marino 
y se deshabita en cada vómito de sangre verde alga, 
al albur de la pleamar que espolea mis noches de marejada. 
Apenas sostenida por lacerantes espinas, como agujas de luna,
transito por una existencia ajena al concepto más elemental de vida.
En mi oscura profundidad, paisaje dalidiano de criaturas inauditas,
impera la ley del más artero; aquel que no ilumina, sino ciega,
el que envenena con un beso o, apostado en las grutas de mi alma,
paraliza con una descarga cualquier huida a la desesperada.
Mi océano, bastión de miedos, ausencias y renuncias,
anclados junto a esqueletos de galeones que nunca avistaron playa,
se nutre de sinsentidos, de síes que dicen no, y noes que dicen quiero.
Perdida en la bruma, remo contra la corriente que me arrastra,
buscando salidas entre la inmensidad de mi nada, tan llena de razones.
Remo, remo, remo… Nunca dejo de remar porque sé que tengo puerto
en el que amarrarme, porque no hay roca que me haga definitivamente encallar, porque soy capaz de arribar, aunque hoy me hunda en mi mar muerto y sola en mi soledad se me desborde el ser por la mirada.

viernes, 22 de mayo de 2015

¿Qué hacer?

Cuando las excusas ya no pueden excusarle.
Cuando no hay justificación que valga.
Cuando tus dudas dicen: “somos ciertas”.
Cuando tu alma no se ve en ese espejo.
Cuando las palabras son sólo aderezos.
Cuando los cimientos se hacen barro.
Cuando esa luz natural se revela artificial.
Cuando cada paso te acerca a un abismo.
Cuando la traición es moneda de pago.
Cuando su tiempo vale oro y lo vende.
Cuando la música suena a destiempo.
Cuando los versos disfrazan la verdad.
Cuando te llueve agua de mar.
Cuando no entiendes por qué lo haces.
Cuando no encuentras respuestas.
Cuando sólo has cambiado de jaula.
Cuando sabes que te la jugó.
Cuando te apuñala la estafa.
Cuando la rabia te provoca acidez.
Cuando ya no tienes razones a las que aferrarte.
Cuando lo sensato sería marcharte
pero te amarra la ilusión que fue…
¿Qué hacer?

viernes, 1 de mayo de 2015

Letanía del sinvivir

Ten cuidado con la vida, que no es de fiar,
no te quites la bufanda o te resfriarás,
mira con quien andas, que te dirán quién eres,
el amor bien atado, firma todos los papeles.

Si ellos te ven perfecta, no les vayas a fallar,
haz todo lo que esperan de ti sin más,
píntate una vida con pinceles ajenos,
para cada uno, un color, y así todos contentos.

Si cruzo la frontera me atrapará el miedo,
si doy un paso ciego ya no sabré volver,
si yo no tengo alas por qué anhelo el cielo
si soy una niña por qué visto de mujer.

Este es mi padrenuestro de cada día,
el rezo cansino que odio repetir,
esta es mi condena en forma de letanía,
la letanía del sinvivir.

Un trabajo seguro no se puede despreciar,
si te llena o no te llena, ya ves tú que más dará,
déjate de bobadas que son todos igual,
el problema es tu cabeza, que siempre lo ve mal.

Cómo logras engañar a tanta gente,
cómo pueden pensar que tienes duende,
si eres más bien mediocre y poca cosa,
nada de lo que hagas pasará a la historia.

Si acepto un reto nuevo, no estaré a la altura,
si no me acompañan, no sabré seguir,
si no hay visto bueno, mejor no intentarlo,
si en algo me revelo, me tocará sufrir.

Este es mi padrenuestro de cada día,
el rezo cansino que odio repetir,
esta es mi condena en forma de letanía,
la letanía del sinvivir.

No me gusta mi reflejo en tu superficie,
no soporto lo que veo, no quiero mirar,
nunca serviré de lienzo de tu sueño dulce
la noche de mis ojos te oculta lo demás.

Había algo de bello en mi escultura,
perdido en el tiempo no volverá conmigo,
la única que miente es mi sombra astuta,
que mantiene erguido el parasol de mi ombligo.

Este es mi padrenuestro de cada día,
el rezo cansino que odio repetir,
esta es mi condena en forma de letanía,
la letanía del sinvivir.


miércoles, 15 de abril de 2015

Mi otoño acarició la primavera

Sentía la oclusiva opresión en mi garganta de cientos de palabras luchando por provocar la sucesión de vibraciones e interrupciones en el paso del aire, que las elevarían de pensamiento a mensaje. Yo, tan adicta a las corazas, me dejé llevar y desnudé mi alma ante él, sin pudores ni cálculos. Nunca me abandonó mi otoño anticipado pero, por un instante, acaricié la primavera. 

martes, 23 de diciembre de 2014

No fuimos

No fuimos ni somos ni seremos,
transitamos por una región de hielo,
un mundo azul y frío, un inmenso vacío,
que rebosa silencio y miedo.

La ilusión fue sólo la venganza del sueño
que matamos con cada despertar,
pero si nos sorprende una mirada furtiva,
truena, al quebrarse, el glaciar.

Sólo es un instante en la eternidad
que nos alumbra otro tiempo;
sólo el destello de una estrella fugaz

porque no fuimos ni somos ni seremos